26.10.17

Historia2 C16

Exhausta era una palabra un poco fuerte para describir mi estado, pero se le acercaba…
Cerré la puerta del dormitorio y me tiré en la cama. Había conseguido que Guillermo me dejara volver aunque sea para pasar una noche sola antes de pasar el fin de semana en su casa y casi que quería llorar de la alegría. Mi mejor amigo y yo convivíamos muy bien, lo habíamos hecho la mayor parte de nuestras vidas, pero después de tantos años juntos y de sentirme siempre una intrusa robando su espacio una de las mayores cosas que había valorado de obtener una beca y venir a la Universidad era el hecho de poder darnos espacio.
No sé cuánto tiempo tarde en quedarme dormida ni cuánto tiempo estuve en realidad durmiendo, pero sentía que habían sido minutos cuando los golpes en la puerta me despertaron. Quería ignorar a la persona que se atrevía a interrumpir mi descanso, había planeado dormir de corrido hasta el día siguiente aunque todavía tenía la ropa puesta y ni siquiera me había sacado las botas, pero el intruso insistía así que me levantarme a abrir.
Fue grande la sorpresa cuando del otro lado de la puerta me encontré con Simón…
-          ¿Dormías?
-          Si – me encogí de hombros y no hice ni siquiera un amague para acomodarme la ropa o el pelo que, estaba segura, era un nido de pájaros - ¿Necesitabas algo?
-          Ver si querías salir a comer algo. – Simón sonrió y aunque yo sabía que la imagen que le ofrecía era un desastre eso no impidió que continuara sonriendo como si estuviese participando en una propaganda.
-          Gracias pero no gracias, tal vez otro día Simón, ahora solo quiero seguir durmiendo…
Iba a cerrar la puerta; si, era grosero, pero él también lo era al acosarme, desaparecer y después volver a aparecer sin previo aviso y osando interrumpir mis muy preciadas horas de sueño.
Pero Simón tenía otros planes, antes de que pudiera evitarlo se metió dentro del cuarto y terminé encerrada con él.
Respire profundo y sin siquiera darle una mirada me acerque a mi cama. Con total naturalidad me acosté en ella.
-          Simón – suspiré y lo miré. El no parecía nada sorprendido por mi comportamiento indiferente. Le daba un punto por eso – ya hicimos esto y creeme que esta vez no estoy siendo malvada al decirte que no, solo quiero descansar en paz. ¿Puede ser?
-           Por supuesto que puede ser pero antes de que me eches quería disculparme por mi comportamiento. Desaparecí de golpe y eso no estuvo bien.
-          No tenes nada de que disculparte, ¿me sorprendió que desaparecieras así?, bueno sí, lo hizo, parecías decidido a acosarme – sonreí al ver su cara de disgusto ante mi uso de la palabra – pero te entiendo totalmente. Ya te lo dije antes, nosotros no somos amigos.
-          No lo somos pero podríamos serlo. Decía enserio que quería intentarlo la última vez que nos vimos.
-          Disculpa si ahora soy yo la que decide no tener un amigo como vos. Sos un chico amable y eso me sorprende pero no tengo tiempo para perder en estas cosas. Esto solo está sucediendo porque probablemente la barbie con la que te vi el otro día tiene otros plantes y yo no quiero ser el juguete de reemplazo de nadie.
Bostecé (no bromeaba cuando decía que tenía sueño) y no pase por alto que las manos de Simón se habían hecho dos puños y sus ojos, siempre brillantes por su color, estaban oscurecidos por la rabia.
Lamentaba si lo había ofendido, el chico, en general, no parecía mala persona, pero no tenía tiempo para perder con gente como él. No tenía tiempo para perder y punto.
-          No sos el maldito reemplazo de nadie. – su mandíbula estaba tensa y me miraba más allá de enojado.
Ok, esta era una nueva faceta y me sorprendió que me resultara sexy.
¿Qué diablos estaba mal conmigo?
-          Bueno, bueno, como sea. ¿Podes dejarme dormir ahora?
-          Si, ahora puedo dejarte descansar, pero en dos horas te vengo a buscar para que cenemos. Estate lista para ese entonces.
-          No voy a…
Nada, mi frase quedo en la nada porque Simón, ignorándome completamente, dio media vuelta y se fue dando un portazo.





Historia2 C15

¿Por qué no podía borrar el recuerdo de los ojos sorprendidos de Merlina al verme? no tenía idea. O tal vez si la tenía pero no quería pensar que había sido tan idiota.
-          ¿Me estas escuchando?
-          No. – respondí.
Los ojos negros de Helena echaron chispas.
-          ¿Estás tratando de hacerme enojar?
-          No, solo estoy buscando la mejor forma de hacerte entender que esto – me aleje de ella – no está funcionando. Nos divertimos, pero se tiene que terminar ahora.
-          Pero Simón, hacemos una pareja excelente. sé que necesitas tu espacio y puedo dártelo.
-          No necesito espacio, necesito que dejemos de vernos. Sos divertida, hermosa e inteligente – mentía, pero si no la adulaba Helena comenzaría a hacer un drama y no buscaba eso – Vas a conseguir otro chico con el cual divertirte enseguida pero entre nosotros ya no puede pasar nada.
-          Pero…
Lo había intentado, pero al ver los ojos de Helena llenarse de lágrimas supe que no podría evitar el berrinche que vendría a continuación.