Mire a mi mejor amigo y no supe que decir.
Su situación con Oriel no mejoraba y aunque ya había
intercedido por ambos era momento de que Sam se hiciera cargo de todo lo que
había sembrado en los últimos años y buscara la mejor forma de acercarse a esta
chica que valía tanto la pena. Esperaba que pudiese porque, al igual que mi
amigo, yo también había sido un cretino importante y no quería que eso me
definiera en el momento que quisiera comenzar una relación. Con Oriel me lo
había planteado y me había molestado pensar que mi pasado podía arruinar las
cosas en el momento que quisiera ponerme serio.
-
¿Vas a salir esta noche? – mire a Sam y negué
–Perfecto, porque necesito que me acompañes. – dijo de golpe, cerrando la
computadora en la que había estado escribiendo la última media hora - Ema me
dijo que piensa ir a un bar en donde toca ese compañero suyo y estoy seguro de
que Oriel va a estar ahí.
-
¿Y no te parece que entonces es mejor que vayas
solo?, no quiero estar en el medio Sam, ya no queda bien.
-
No vas a estar en el medio, vas a estar apoyando
a un amigo. No puedo ir solo, quedaría muy desesperado.
-
Estas desesperado y, por esta vez, podrías dejar
que Oriel viera eso.
La mirada fulminante que me dio me dijo que no pensaba ir
por ese plan.
Suspire y me incorporé.
Necesitaba estar solo. Esta novela me estaba agobiando. Todo era demasiado… íntimo
y estaba fuera de mi radar.
-
Voy a dar una vuelta. Vuelvo más tarde.
-
Con que vuelvas para acompañarme es suficiente.
No le contesté, tome las llaves del auto y salí de casa.
Iba a subirme pero decidí caminar. El aire me ayudaría a
despejar la mente y esperaba que también me ayudara a encontrar la voluntad
para comenzar a estudiar para ese examen de contabilidad que tenía la próxima
semana.
Solo había hecho un par de cuadras cuando sentí que
alguien me llamaba.
Una chica de pelo largo y rubio corría hacía mi. A la
distancia podía decir que era linda pero no recordaba su nombre…
-
¡Simón!, ¿Cómo estas tanto tiempo?
Como si nos conociéramos beso mi mejilla y dejo su mano
apoyada en mi antebrazo. Era evidente que habíamos compartido algo, teniendo en
cuenta su lenguaje corporal algo bastante íntimo, pero no podía recordar cuándo
ni que tan lejos había ido…
-
Muy bien, ¿vos? – fingí una sonrisa.
-
Ahora que te veo mucho mejor – sus pestañas
hicieron algo raro que no me gusto – ¿Qué pasa que no estás saliendo como
antes?, y ni hablar de que no me llega la noticia de una fiesta en tu casa
desde hace meses.
-
Sam y yo estuvimos muy ocupados y la verdad es
que no estamos con ánimos de andar saliendo.
-
Que lastima, me hubiese encantado verte. Esta
noche unas amigas y yo vamos a ir a…
La chica siguió hablando, pero yo ya no le prestaba
atención porque alguien, del otro lado de la calle, me había desconcentrado.
-
¿Me estas escuchando?
Mire a la chica que estaba delante de mí y luego volví a
mirar enfrente. Solo alcancé a ver el pelo largo y castaño de Merlina antes de
que se perdiera doblando en la esquina.
-
Disculpa pero tengo que irme.
-
Pero…
-
Un gusto haberte encontrado.
Sin esperar respuesta di media vuelta ycorrí a casa para
buscar el auto.
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