6.12.16

C32

Sabía que escaparme no era lo mejor, pero no tenía ganas de estar viendo los increíbles ojos grises del chico que me había hecho sentir tan poca cosa apenas unas horas atrás.
Todavía faltaba para mi clase y como pasar tiempo con Ema estaba descartado no me quedo más remedio que meterme en un aula vacía, sacar todos los libros de la mochila y ponerme a avanzar con el libro de cálculo. Patético, pero útil al fin y al cabo.
Habré estado cuarenta minutos leyendo y haciendo ejercicios cuando una voz profunda me sobresaltó…
-          Al fin te encuentro.
Sorprendida y un poco impresionada por el susto que me había hecho pegar miré a Samuel, de pie en el umbral de la puerta, bloqueando la única salida que había.
¿Cómo me había encontrado? Y, lo que era más importante, ¿Cómo no lo había escuchado llegar?...
-          ¿Me buscabas? – fue lo único que atiné a decir, aunque mi mete de repente estaba trabajando en buscar la mejor y más rápida salida de esta habitación.
-          Si, quería discúlpame por mi comportamiento de ayer. Fui grosero e hiriente. Me sentí en desventaja porque me rechazaste y no medí las palabras antes de decirlas, estuve mal.
Bueno, debo admitir que no esperaba que Samuel se disculpara y mucho menos que me buscara para hacerlo, pero igual todavía me costaba hacer contacto visual sin recordar lo que nos habíamos dicho por eso me puse a guardar mis cosas dentro de la mochila mientras le contestaba...
-          Está bien, fue un momento tenso que nos hizo decir cosas hirientes a ambos así que en todo caso yo también me disculo. De todas maneras no creo que hayas dicho algo que no sea cierto, definitivamente no valía tanto esfuerzo.
-          No estaba haciendo un esfuerzo. – sus palabras sonaron bruscas y cuando lo mire noté que estaba apretando la mandíbula con fuerza - Lo que dije no es cierto, todo lo que hice en los últimos meses fue genuino, no pienses que hablaba enserio porque ayer solo era yo tratando de ser cruel usando una mentira.
-          No creo que haya sido una completa mentira, creo que te dejaste llevar y dijiste lo que en realidad pensabas con un poco más de crudeza. Ambos sabemos que no tenes porque ser tan amable conmigo todo el tiempo y teniendo en cuenta el historial de las amigas de Ema era natural que quisieras ver hasta donde llegaba, puedo llegar a respetar eso, pero lo que no voy a tolerar es que sigamos jugando a esto. Yo no tengo nada que te interese y vos no sos nada para mí, así que mantengamos distancia y finjamos que lo de ayer nunca paso. Es lo mejor.
-          Vos tenes muchas cosas que me interesan y con ese beso no estaba tratando de probar nada. Hice lo que quería hacer desde hacer mucho tiempo y no me arrepiento. No voy a hacer como que nada paso porque esto recién empieza. Lo arruiné con mi comportamiento infantil de ayer, pero sé que sentís algo por mí y definitivamente yo siento algo por vos como para alejarme. Te voy a dar espacio, pero eso no significa que me aleje definitivamente. Te abrume, puedo entenderlo, por eso ahora vas a estar tranquila; pero no te confundas Oriel, no voy a estar muy lejos.
Me quedé estática, mirándolo como si fuera el sol, la luna y todas las estrellas porque estoy segura de que la expresión de mi rostro se parecía mucho a la de estar mirando algo tan increíble como el firmamento. Samuel se acercó, se inclinó hasta quedar a mi altura y sin quitar sus ojos de los míos se fue acercando hasta que sus labios rozaron los míos en un nuevo beso. Uno mucho más suave, dulce y aún así igual de inesperado.  
Cerré los ojos y suspiré. Sentí el frío y la soledad cuando se alejo y no volví a abrirlos hasta que supe que se había ido y estaba sola. Para ese entonces no pude más que hacerme un ovillo en el asiento y comenzar a rezar para que esto, lo que sea que fuere que pasaba entre nosotros, no terminara rompiéndome. 

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