16.2.17

Historia2 C5

Mire a mi mejor amigo y no supe que decir.
Su situación con Oriel no mejoraba y aunque ya había intercedido por ambos era momento de que Sam se hiciera cargo de todo lo que había sembrado en los últimos años y buscara la mejor forma de acercarse a esta chica que valía tanto la pena. Esperaba que pudiese porque, al igual que mi amigo, yo también había sido un cretino importante y no quería que eso me definiera en el momento que quisiera comenzar una relación. Con Oriel me lo había planteado y me había molestado pensar que mi pasado podía arruinar las cosas en el momento que quisiera ponerme serio.
-          ¿Vas a salir esta noche? – mire a Sam y negué –Perfecto, porque necesito que me acompañes. – dijo de golpe, cerrando la computadora en la que había estado escribiendo la última media hora - Ema me dijo que piensa ir a un bar en donde toca ese compañero suyo y estoy seguro de que Oriel va a estar ahí.
-          ¿Y no te parece que entonces es mejor que vayas solo?, no quiero estar en el medio Sam, ya no queda bien.
-          No vas a estar en el medio, vas a estar apoyando a un amigo. No puedo ir solo, quedaría muy desesperado.
-          Estas desesperado y, por esta vez, podrías dejar que Oriel viera eso.
La mirada fulminante que me dio me dijo que no pensaba ir por ese plan.
 Suspire y me incorporé. Necesitaba estar solo. Esta novela me estaba agobiando. Todo era demasiado… íntimo y estaba fuera de mi radar.
-          Voy a dar una vuelta. Vuelvo más tarde.
-          Con que vuelvas para acompañarme es suficiente.
No le contesté, tome las llaves del auto y salí de casa.
Iba a subirme pero decidí caminar. El aire me ayudaría a despejar la mente y esperaba que también me ayudara a encontrar la voluntad para comenzar a estudiar para ese examen de contabilidad que tenía la próxima semana.
Solo había hecho un par de cuadras cuando sentí que alguien me llamaba.
Una chica de pelo largo y rubio corría hacía mi. A la distancia podía decir que era linda pero no recordaba su nombre…
-          ¡Simón!, ¿Cómo estas tanto tiempo?
Como si nos conociéramos beso mi mejilla y dejo su mano apoyada en mi antebrazo. Era evidente que habíamos compartido algo, teniendo en cuenta su lenguaje corporal algo bastante íntimo, pero no podía recordar cuándo ni que tan lejos había ido…
-          Muy bien, ¿vos? – fingí una sonrisa.
-          Ahora que te veo mucho mejor – sus pestañas hicieron algo raro que no me gusto – ¿Qué pasa que no estás saliendo como antes?, y ni hablar de que no me llega la noticia de una fiesta en tu casa desde hace meses.
-          Sam y yo estuvimos muy ocupados y la verdad es que no estamos con ánimos de andar saliendo.
-          Que lastima, me hubiese encantado verte. Esta noche unas amigas y yo vamos a ir a…
La chica siguió hablando, pero yo ya no le prestaba atención porque alguien, del otro lado de la calle, me había desconcentrado.
-          ¿Me estas escuchando?
Mire a la chica que estaba delante de mí y luego volví a mirar enfrente. Solo alcancé a ver el pelo largo y castaño de Merlina antes de que se perdiera doblando en la esquina.
-          Disculpa pero tengo que irme.
-          Pero…
-          Un gusto haberte encontrado.
Sin esperar respuesta di media vuelta ycorrí a casa para buscar el auto.

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